domingo, 15 de noviembre de 2009

Tema Nº 1 LA SOCIEDAD Y SU EVOLUCIÓN (Parte III)

COLONIALISMO


El colonialismo es la influencia o la dominación de un país por otro más poderoso de una forma violenta, a través de una invasión militar, o sutil, sin que intervenga la fuerza. Esta dominación puede ser política, militar, informativa, cultural, económica o étnica.


También se le puede llamar neocolonialismo para hacer referencia a una dominación de tipo económico, e incluso político, sobre un estado jurídicamente independiente. En sentido similar se utilizan los términos imperialismo y nuevo imperialismo.


La importancia colonial y su historiografía ha tenido un gran rol dentro de las disciplinas históricas, y se ha visto robustecida en los últimos años a raíz de la necesidad de comprender mejor los procesos globales.

En términos generales puede decirse que las primeras colonias aparecen con los primeros imperios hace 5.500 años. Existieron colonias sumerias, babilónicas, egipcias, fenicias, cartaginesas, griegas, romanas, mayas, incas, aztecas, japonesas, chinas, hindúes, ghanianas, malianas, etc.En el siglo XV, la expansión europea dio lugar a colonias similares a las romanas, griegas,etc. en continentes como América Asia, Oceanía,...prolongándose en los siglos XVI,XVII y XVIII.


Pero en el uso estricto del término, el colonialismo a gran escala comenzó hacia el siglo XIX cuando Europa iniciará un proceso de expansión económica, y colonización económica (denominado expansión capitalista) de casi todo el mundo.


El colonialismo europeo moderno comenzó en el siglo XV con los viajes de los portugueses a lo largo de la costa oeste de África. Junto con los españoles, fueron los primeros en establecer sus colonias en ultramar, y se aferraron a ellas incluso después de que su fuerza imperialista se hubiera perdido. Sin embargo, el colonialismo alcanzó su momento de máxima importancia desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX.


Los países europeos que más protagonismo tuvieron en este proceso fuero Inglaterra, Francia y Alemania, que se repartieron el continente africano, (donde tan sólo quedaron dos países independientes: Liberia y Abisinia) e intentaron extender sus zonas de influencia por diferentes zonas del mundo como Europa Oriental, Oriente Medio, Extremo Oriente o el Caribe. Países como Italia, España, Portugal y Bélgica también intentaron llevarse su parte en este reparto, aunque no consiguieron tantos territorios.


El colonialismo ha llegado a suscitar un intenso debate moral y político en nuestra época, especialmente a partir de la II Guerra Mundial. Pese a que algunos estados han intentado justificar la creación de imperios coloniales en el pasado, muchas antiguas colonias han definido el colonialismo como un sistema de explotación que las potencias más fuertes imponían a las más débiles y que ocasionaba una situación de atraso económico, así como conflictos raciales y culturales, en las zonas colonizadas.


Las relaciones coloniales han cambiado considerablemente a lo largo de la historia. Algunas colonias han recibido la afluencia de numerosos habitantes del país colonizador, mientras que apenas ha llegado población nueva a otras. Las hay que han sido sometidas a un control riguroso por parte de sus colonizadores; sin embargo, en otras sólo se ha realizado un control somero y extraoficial. Unas se han fundado en ultramar, y otras se han establecido en un territorio adyacente al de la nación colonizadora.


DESCOLONIZACIÓN


La Independencia de los Estados Unidos en 1776 dio origen a un amplio proceso de descolonización y creación de naciones independientes. Durante el curso del siglo XIX se independizaron Haití y las poblaciones americanas sujetas al dominio español. Durante el curso del siglo XX se independizaron las colonias europeas en África y Asia.


CARACTERÍSTICAS DE LA CULTURA COLONIAL

Respeto y obediencia ciega al Rey, cuya autoridad se consideraba de derecho divino.

Concepto de superioridad del blanco español y sus descendientes sobre los grupos sometidos: indios, negros y pardos en general. Esto condujo al establecimiento de privilegios a favor de los blancos y a la oposición de éstos a todo intento de los grupos sometidos para ascender en el plano social y cultural.

Intorelancia religiosa y un profundo resentimiento católico, dogmático y excluyente de toda religión. El espíritu religioso predominaba en todas las manifestaciones culturales de la sociedad colonial.

Espíritu de dominio y conquista y un concepto feudal del trabajo físico, de las artes manuales y los oficios, considerados por los blancos como ocupaciones viles, impropias de su condición de hidalgos.


CARACTERÍSTICAS DE LAS SIGUIENTES MANIFESTACIONES CULTURALES.


PINTURA: no hubo escuelas ni academias de pintura durante la colonia. La practica de este arte respondía a las necesidades de la Iglesia y comenzó con la ejecución de copias e imitaciones de pinturas originales traídas de España o de las colonias de mayor desarrollo como México y Santa Fe de Bogota. El oficio de pintar estuvo generalmente en manos de mestizos y pardos, bajo la dirección de misioneros y frailes, y consistió en la pintura de imágenes de santos, episodios bíblicos y retratos de personalidades de la Iglesia. La poca calidad de los modelos, el origen social de los artesanos encargados de su ejecución y la imposibilidad de éstos de conocer directamente obras y maestros extranjeros, determino que la pintura colonial en Venezuela fuera anónima, escasa y de poca calidad artística.


El auge económico del siglo XVIII, después del establecimiento de la Guipuzcoana, se reflejo también en un desarrollo relativo de la pintura. Sin apartarse de la temática religiosa y dentro de una abundante producción anónima de carácter popular, la pintura fines de la colonia permite identificar a algunos destacados artistas, entre los cuales sobresale como el más representativo, Juan Pedro López.

El movimiento de independencia significó un cambio de orientación y una ruptura con el arte colonial exclusivamente religiosa. Con él aparece el retrato civil y militar, y sobre todo, surge la pintura histórica, que recoge en el lienzo los episodios fundamentales de la lucha por la independencia nacional. En este aspecto debemos mencionar el nombre de Juan Lovera (1778-1841), considerado como el iniciador de la pintura histórica de nuestro País, gran retratista, y autor de dos obras fundamentales de este genero: 19 de Abril de 1810 y el 5 de Julio de 1811.


La pintura histórica iniciada por Lovera encontró eminentes cultivadores en Martín Tovar y Tovar, Cristóbal Rojas y Arturo Michelena.


MUSICA: con la fundación de algunas escuelas fundamentales se inicio la enseñanza del canto llano, que más tarde paso a ser materia de estudio en la Universidad de Caracas. El propósito de la instrucción musical que se impartía era principalmente religioso a objeto que los estudiantes aprendieran e interpretaran en la Iglesia los cantos de la liturgia católica.


El conocimiento y el cultivo del arte musical comenzó propiamente en la segunda mitad del siglo XVIII (1770), gracias a los esfuerzos del padre Pedro Sojo y Juan Manuel Olivares, quienes fundaron en Caracas una academia de música entorno a la cual se formo un grupo de jóvenes talentosos cuya obra a quedado como testimonio del progreso musical alcanzado en las últimas décadas del período colonial.

En las composiciones musicales predominaron siempre los temas religiosos; hasta finales de la colonia cuando el movimiento de la independencia aportó nuevos motivos de inspiración para los nuevos artistas de la época.

En el caso la música se señala el hecho que fue a partir de esa época que se trajeron a Caracas los primeros texto de enseñanza musical, los primeros instrumentos y partituras de algunos compositores de la época.

“Los verdaderos fundadores del arte musical fueron Pedro Sojo y Juan Manuel Olivares en 1770. Aquel trajo de Roma un archivo de música clásica, texto de enseñanza y los primeros instrumentos de viento, aumentado después... Con Olivares estableció con Sojo la academia de música donde aprendieron Cayetano Carreño, autor de la oración del Huerto; José Ángel Lamas del popule meus. Lino Gallardo compositor festivo y Juan Landaeta futuro autor del Himno Nacional Gloria a Bravo Pueblo. Los primeros pianos llegan a Caracas en 1796. En 1797 el ayuntamiento mandó a construir un teatro (en las esquinas del conde Carmelita) donde se cantó una primera opera en 1810.


ARQUITECTURA: el estudio de la arquitectura como expresión cultural de la colonia es importante por la estrecha relación que tuvo con la fundación y crecimiento de las ciudades, las necesidades de la Iglesia Católica y la defensa del territorio de los ataques de piratas, corsarios y contrabandistas. Se le puede considerar, pues, en sus tres aspecto de arquitectura, civil, religiosa y militar.

Al fundar la ciudad el conquistador repartía solares para la construcciones de las casas de los vecinos, la Iglesia y la sede las autoridades de la nueva población. Las primeras viviendas se edificaron utilizando la técnica y los materiales indígenas. En la media que crecía la ciudad fueron surgiendo nuevas y mejores casas en las cuales aparecen cada vez mas la influencia de la arquitectura Española que mezclada con los aportes indígenas, dio origen a un tipo característico de vivienda que conocemos como casa colonial. La casa colonial tiene espacio más amplios, techos altos, paredes gruesas, fachadas con portales y ventanas, patios y corredores interiores.


La arquitectura civil no produjo en la colonia palacios ni casas suntuosas, como sucedió en posesiones más ricas del imperio español. Pero fué una arquitectura modesta, sencilla y sobria en el empleo de elementos decorativos costosos y en perfecta armonía con los recursos materiales del medio. Sin embargo las construcciones del periodo colonial fueron las de tipo religioso, tanto por sus caracteristicas arquitectónicas, como por el papel que desempeñaron en las tareas del culto y la evangelización de lo indígenas.


Otras edificaciones notables del periodo fueron los castillos fuertes, fortines y murallas levantadas en las costas y en el río Orinoco para defender la colonia de los frecuentes atacas de saqueadores extranjeros.


LA EDUCACIÓN: la característica anotadas de la cultura colonial se ponen en manifiesto, al estudiar el sistema de educación vigente durante el periodo. En primer termino, la iglesia católica tuvo en sus manos la orientación espiritual de la vida social e impuso su sello exclusivo a la enseñanza. En las escuelas, seminarios y universidades, el pensum de los estudios se reducía a materias religiosas y solo se podrían inscribirse en los planteles los hijos de familias blancas.


La primera publica elemental se fundo en Caracas en 1591, costeada mediante una asignación de 50 pesos que recogía en ayuntamiento entre los vecinos. Diez años mas tarde se estableció una cátedra de gramática; y funcionaban también estudios elementales en los conventos de la ciudad. En 1673 comenzó a funcionar el seminario de santa Rosa de Lima, bajo el gobierno del obispo el cual se trasformo a partir de 1725 en la “Real y Pontificia Universidad de Caracas”.


En las principales ciudades de la colonia fueron surgiendo escuelas elementales y colegios con las mismas características anotadas anteriormente. En Cumana, la segunda en importancia después de Caracas, no hubo escuelas de primeras letras hasta 1759 cuando se estableció en la ciudad una clase de gramática latina para instruir a los jóvenes que aspiraban a sacerdocio.


La educación colonial tuvo un carácter oscurantista y conservador destinado a fortalecer la monarquía absoluta y afincar los lazos de independencia de las colonias con la metrópolis. La introducción y distribución de libro y escrito subversivos era un delito grave que se castigaba hasta con la pena de muerte.

La Real y Pontificia universidad de Caracas fue foco de las ideas conservadoras de la colonia, y aun entrando en el siglo XIX y hasta la víspera de declararse la independencia, predominaba en ella un espíritu enteramente opuesto al de todo el mundo civilizado.


ALGUNOS ASPECTOS DE LA INFLUENCIAS O TRASCENDENCIA DE DEL MESTIZAJE EN LA CONFORMACIÓN DE LA CULTURA VENEZOLANA.

La población colonial fue el resultado de la mezcla de los aborígenes con los blancos y los negros. Como producto de esta unión surgió el mestizaje, cuyo numero e importancia a venia aumentado hasta nuestros días.

La formación del mestizaje constituye un rasgo típico de la colonización española, que la diferencia de la colonización inglesa que ocurrió en Norteamérica en el mismo período.

Por eso la importancia del mestizaje en la formación de la cultura venezolana que esta muy ligada a la variedad de las mezclas aborígenes que existieron en la época colonial.

Algunos aportes culturales dejados por los indígenas negros y blancos españoles.


ALIMENTACIÓN: En cuanto al aporte cultural de los indígenas fue recolección de la pesca, caza y pesca fueron actividades comunes a todos los grupos aborígenes. La recolección fue la ocupación más simple y primitiva de los indios. Los llanos y la selva ofrecieron las mejores condiciones para estas actividades, ligadas necesariamente a la pesca y a la caza y al carácter nómada de las tribus que las practicaban. Algunas tribus nómadas de los llanos se dedicaron de preferencia a la recolección del moriche, palmera típica de la región cuyo aprovechamiento por los indios dio origen a su uso muy variado.


Otro de los aportes de la alimentación de los indígenas es la agricultura, que entre los grupos de agricultores subsistían la caza, la pesca, y la recolección como actividades económicas secundarias. Entre ellos ya había división de trabajo: Los hombres hacían el desmonte para la siembra, confeccionaban las armas, pescaban y cazaban; las mujeres sembraban y recogían la cosecha, elaboraban utensilios, tejían a manos fibras vegetales, cuidaban de los niños y la vivienda.


INSTRUMENTO MUSICAL:

VESTUARIOS:

BAILES:

- Los Diablos Danzantes: En Venezuela, desde la época colonial, se celebraban fiestas con música y la presencia de personas con vestidos y máscaras de dragones, diablos y figuras gigantescas. De acuerdo con las crónicas de tiempos pasados, los diablos danzaban en la ciudad de Caracas, en El Sombrero y San Rafael de Orituco (Guarico), San Carlos y Tinaquillo (Cojedes), San Francisco de Asis, Villa de Cura, Santa Cruz, Maracay, Cata, Cuyagua, Chuao, Ocumare de la Costa y Turiamo (Aragua). Este último pueblo lo celebra actualmente en Maracay, pues sus pobladores fueron trasladados hacia esa ciudad. En Carabobo los lugares que celebran esta fiesta eran Guacara, Tocuyito, Canoabo y Patanemo, los Diablos de Patanemo todavía están activos.

Finalmente, mencionaremos a los más conocidos del país en la actualidad: los Diablos Danzantes del pueblo de San Francisco de Yare, en el Estado Miranda, y los de Naiguatá en el Distrito Federal.


De todas estas localidades mencionadas antes, sólo en algunas de ellas se mantiene activa la celebración. Entre éstas tenemos: los diablos de San Francisco de Yare, Naiguatá, Patanemo y los de los pueblos de la costa aragüeña.


Estos grupos de diablos son "hermandades" o "cofradias" de origen religioso. Asisten a la ceremonia religiosa en las iglesias el día de Corpus Christi y además danzan en las calles, plazas y casas de los respectivos poblados. En general, tienen una organización formal que conserva la tradición y los bienes del grupo; asimismo, su directiva guarda la disciplina en los ensayos y los actos del día jueves de Corpus Christi de cada año.

Aunque hay algunas diferencias en la forma de organizarse, todos los grupos tienen sus jefes o capataces y otras personas a las que se les asigna las diferentes responsabilidades: “perreros”, “arreadores”, “cajero” y “sayón” o “sayonas”.


También en la ceremonia la vestimenta, las mascaras, instrumentos musicales, los cantos y otros aspectos, presentan diferencias entre los grupos de la costa y los de Yare.

- El Tamunangue: El Tamunangue es una de las manifestaciones más completas de nuestro folklore. Al igual que otras expresiones de la cultura popular tradicional, no tiene características únicas en las regiones donde es mas extendida: el estado Lara y parte del estado Yaracuy.


En términos generales, este consta de varios "sones" o partes:

a) La batalla.

b) La bella.

c) El yibivamo o chichivamo.

d) La Columba (colunga o calunga) o “Perrendenga”.

e) El poco a poco o los calambres.

f) El galerón.

g) El seis corrió o seis floriao.


La celebración de este conjunto de danzas y ceremonias de origen indígena, africano y español, se hace en honor a San Antonio. Aunque en la región a todo junio le llaman el mes de San Antonio, es en los días 12 y 13 cuando la fiesta llega a su mayor intensidad.


El día del santo, o cuando se quiere pagar una promesa delante de la imagen de dicho santo en otra época del año, se le hacen reverencias a la imagen y se le canta.

La coreografía ejecutada a través de los sucesivos "sones" antes enumerados, se realiza bajo la dirección de un “capitán” que coordina los movimientos de los que danzan rítmicamente al compás de la música de cuatros y tambores, y de las voces de un coro que acompaña al solista.


En la parte de “la batalla”, los participantes simulan un combate usando garrotes, en la de “los calambres” los bailadores hacen un gran esfuerzo de mímica para simular temblores y calambres en las piernas, y en la parte final, grupos de seis personas (hombres y mujeres) realizan las hermosas “figuras” al son de las décimas cantadas a dúo y dirigidas por el “capitán” con una varita en la mano.

- La Fiesta de San Benito: A diferencia de la zona del centro del país, donde las fiestas más importantes son las de San Juan Bautista (23 y 24 de junio) y la de San Pedro (28 y 29 de junio) la celebración en honor a San Benito de Palermo es la fundamental en la parte occidental de Venezuela, especialmente en algunas comunidades situadas en los estados Táchira, Mérida, Trujillo, Zulia y Lara. Entre ellas podemos nombrar: Betijoque, La Ceiba, Gibraltar, Bobures, Mucuchíes y Timotes.


La imagen de San Benito, un santo de color negro, es venerada con fervor popular en los pueblos cercanos a las costas de la parte sur del lago de Maracaibo, especialmente en los que pertenecen al estado Zulia y Trujillo.

La celebración más festiva en honor al santo patrón se hace en el mes de diciembre. La imagen es sacada en procesión por las calles. Los devotos bailan y pagan promesas. Los llamados vasallos del santo organizan una fiesta colectiva del toque y baile de tambores llamada “chimbangle”. En esta fiesta los participantes se cubren la cabeza con una “coroza” o gorra ritual y se visten con una especie de guayuco de fibras de palmiche.


Referencias bibliográficas: CAMERON, Rondo. Historia económica mundial desde el paleolítico hasta el presente. Madrid- Alianza, 1991, págs. 346-348. KINDER, Hermann; y HILGEMANN, Werner. Atlas histórico mundial. Madrid.- Istmo, 1983, tomo II, págs. 110-135. SILLS, David L. Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales. Madrid- Aguilar, 1979, volumen 2, págs. 445-454. TORTELLA, Gabriel. La revolución del siglo XX. Madrid- Taurus, 2000, págs. 51- 74.



EL MESTIZAJE


Podría definirse como el encuentro biológico y cultural de etnias diferentes, en el que éstas se mezclan, dando origen a nuevas. Se utiliza con frecuencia este término para describir el proceso histórico sucedido en Iberoamérica que la llevó a su estado racial y cultural actual. Sin embargo, puede también referirse a otros pueblos que hayan atravesado un proceso de encuentro entre varias etnias, en lugares como Filipinas, Sudáfrica o Estados Unidos.


El mestizaje existe desde los primordios de la humanidad, provocado por el contacto inevitable de grupos diferentes de seres humanos. A partir de la modernidad, este proceso se torna cada vez más rápido, con el advenimiento de nuevas tecnologías, medios de transporte, una organización mundial más compleja e interrelacionada y un desprendimiento parcial conseguido por el hombre moderno de prejuicios en este sentido.


En la historia de las naciones modernas, el mestizaje fue atravezado por numerosos factores, como el clima, las particularidades culturales de cada comunidad, u otros aspectos que provocaron que en diferentes regiones dentro de un mismo país, el mestizaje haya sucedido en diferentes rítmos y grados de profundidad. El ejemplo latinoamericano es notable, puesto que ejemplifica una mezcla étnica expandida por gran parte del territorio.


EL MESTIZAJE EN VENEZUELA


El vocablo significa cruzamiento biológico entre individuos pertenecientes a razas diferentes, y por extensión a la mezcla de culturas diferentes, aunque para esto último se utiliza la palabra «aculturación» y con más propiedad la de «transculturación». Mestizo se denominó en la América colonial al hijo de un español y una india, y en términos amplios, a quien descendía de ancestros españoles e indígenas en algún grado, por lo que el mestizaje calificó usualmente el intercambio entre españoles e indios, si bien el término es igualmente válido para cualquier otro tipo de cruzamiento biológico interétnico. De aquí que el término «raza» sea tan controvertido, ya que no existe ninguna pura o propiamente dicha. Se acepta no obstante la existencia de 3 grupos raciales, que son los caucasoides o blancos, los mongoloides o amarillos, y los africánidos o negros, pero es imposible establecer subdivisiones raciales dentro de ellos, como han pretendido algunos planteamientos políticos racistas. Los 3 troncos raciales se han conformado mediante un largo proceso de interacción genética en el que han influido elementos mutacionales, de selección y de influencia ambiental, que han producido ciertas variantes de tipo físico, transmisibles parcialmente de padres a hijos, según las leyes de la herencia.


El mestizaje interétnico es un fenómeno que se produce desde la Prehistoria. En Europa fue particularmente importante a comienzos de la Edad Media, con grandes migraciones de pueblos nórdicos y asiáticos, y continuó luego ininterrumpidamente, produciendo verdaderos complejos étnicos. La ampliación del mundo, producida por el descubrimiento de América a fines del siglo XV, activó aún más el mestizaje, especialmente en el Nuevo Continente, en donde afluyeron grupos muy diversos: españoles, portugueses, franceses, africanos, etc. El mestizaje fundamental se dio, como señalamos, entre los españoles, los indios y los negros, ninguno de los cuales era obviamente una raza; los españoles, por ejemplo, procedían de ancestros muy diversos: indoeuropeos, semitas y camitas y los indios eran producto del cruzamiento de grupos mongoloides, australianos, malayo-polinésicos y del sureste asiático.


El mestizaje de españoles e indios se inició en el primer viaje de Cristóbal Colón, y aumentó con el proceso de colonización, por razones muy diversas: el escaso número de mujeres españolas durante los primeros años de colonización (apenas un 10% de los hombres); los factores de prestigio favorables a la unión de mujer india con el español; los escasos prejuicios raciales de éste (el español tenía muchos prejuicios religiosos y hasta sociales, pero no raciales); los regalos de mujeres indígenas a los conquistadores como garantía de tratados de paz; la juventud de los pobladores ibéricos (su promedio de 20 años); y la ruptura de los rígidos patrones culturales ibéricos en el medio americano.


La aparición de los mestizos fue una sorpresa para la Corona, que había pensado en una sociedad indiana bipolar de españoles e indios, pero fue interpretada como una unión de las 2 «razas», que consolidaba, en definitiva, el dominio español. Los mestizos gozaron de gran prestigio a comienzos de la colonización pues sus padres eran conquistadores, y a menudo, sus madres eran mujeres indígenas de gran rango, y fueron adscritos al grupo español. El Inca Garcilaso de la Vega es quizá el mejor representante de esta generación, que se sintió muy orgullosa de sus ancestros. La situación comenzó a cambiar de signo al promediar el siglo XVI, cuando aumentó el prestigio de los criollos y bajó el de los mestizos, pues estos últimos fueron ya frecuentemente resultado de uniones ilegítimas.


No representaban aún ningún peligro para la sociedad dominante, pues se les prohibió ejercer determinados oficios sin autorización real, portar armas y ser caciques en los pueblos de indios. La situación se agravó en el siglo XVIII, cuando su enorme crecimiento demográfico empezó a alarmar a los estamentos dominantes. Téngase en cuenta que los mestizos eran en Hispanoamérica el 3,5% de la población a mediados del siglo XVII (según Ángel Rosenblat) y un siglo después representaban ya el 28% de la misma, convirtiéndose en un elemento desestabilizador de la sociedad, pues presionaban sobre las tierras de los indios y respaldaban todo tipo de agitación, como ocurrió en las revoluciones antifiscales, e intervinieron también decisivamente en el movimiento emancipador.


Mestizaje fue también el cruce entre españoles y negros, cuya primera hibridación fue llamada mulato. El problema fue igualmente insignificante al principio, pero aumentó de grado cuando se produjo el gran tráfico esclavista para el laboreo de las minas y las haciendas. Las mezclas fueron cada vez más complejas, como el cuarterón (español y mulato), el quinterón (español y cuarterón) etc., especialmente en la zona circuncaribe.

También se produjo el mestizaje de indios y negros cuyos resultantes fueron llamados zambos. El mestizaje originó en Hispanoamérica una sociedad estamentalizada, en la que el grupo «blanco» dominante, especialmente en los sectores urbanos, comenzó a subclasificar a los distintos grupos humanos producidos por los cruces; surgieron así los exóticos nombres de las «castas» tales como castizo, morisco, lobo, jíbaro, coyote, etc., y los aún más curiosos de «salto atrás», «tente en el aire», etc.


En Venezuela, como en el resto de las posesiones españolas, el proceso de mestizaje primario, como resultado del cruce hispano-indio, se inició desde las décadas de 1520 y 1530, tanto en la región de Cubagua y Margarita al oriente, como en Curazao y Coro al occidente. La progenie resultante del español con la india era biológicamente mestiza pero desde el punto de vista cultural, se dieron 2 situaciones extremas: cuando el hijo permanecía junto a la madre en el ambiente aborigen, era un mestizo aindiado; cuando permanecía en el ambiente del padre y era tomado en cuenta por éste, se convertía en un mestizo hispanizado; estos últimos tuvieron una actuación notable sobre todo durante la segunda mitad del siglo XVI, como lo demuestra el caso de Francisco Fajardo quien, además del español, hablaba varias lenguas aborígenes. Posteriormente, con la llegada de mujeres españolas y la presencia del esclavo africano, el mestizaje se hizo más complejo y ya en el siglo XVIII, como resultado de varios cruces entre individuos que tenían antepasados europeos indios y negros, surgió el estrato social de los pardos, término comúnmente utilizado para señalar, exclusivamente, la mezcla de negro con blanco. Eduardo Arcila Farías ha señalado que en la provincia de Caracas y en vísperas de la emancipación, éstos eran 37,8% de la población, mientras que los blancos (entre los que se contaban los mestizos hispanizados), apenas llegaban al 25,6%; estos originaron entonces un movimiento discriminatorio hacia los pardos, que se reflejó en su oposición a las denominadas cédulas de «gracias al sacar», privilegio dado por la Corona para que los pardos pudieran acceder a determinados oficios, mediante el pago de unas sumas de dinero. La Guerra de Independencia y los nuevos gobiernos republicanos abolieron formalmente las distinciones humanas producidas por el mestizaje, pero las poblaciones mezcladas siguieron marginadas durante una buena parte del siglo XIX. El acceso de estos grupos a la sociedad dominante ha sido un fenómeno del siglo XX y acompañó por lo regular, a las grandes convulsiones político-sociales. En términos generales el mestizaje ha acompañado siempre a las grandes civilizaciones del mundo y el aislamiento étnico ha sido propio de culturas primitivas.


Referencias bibliográficas: LEMMO, ANGELINA. Y tenemos de todos los reinos: opúsculo tentativo sobre la idiosincrasia del venezolano. Caracas: Fondo Editorial Facultad de Humanidades y Educación, Universidad Central de Venezuela, 1986; MORENO GÓMEZ, LUIS. País pardo. Caracas: Cromotip, 1987; ROSENBLAT, ÁNGEL. La población indígena y el mestizaje en América. Buenos Aires: Editorial Nova, 1954. 2 v.; SÁNCHEZ ALBORNOZ, NICOLÁS. La población de América Latina desde los tiempos precolombinos al año 2.000. Madrid: Alianza Editorial, 1973; USLAR PIETRI, ARTURO. El mestizaje y el Nuevo Mundo. Caracas: s.n., 1967; __. Veinticinco ensayos. Caracas: Monte Ávila, 1969.



Gracias...

Tema Nº 1 LA SOCIEDAD Y SU EVOLUCIÓN (Parte II)


SOCIEDAD Y MODOS DE PRODUCCIÓN (Parte II)


1. FORMAS DE ORGANIZACIÓN SOCIAL:


El hombre es un ser eminentemente social, de ahí que siempre se ha reunido con sus semejantes con el objeto de formar grupos, comunidades y sociedades y con ello poder satisfacer sus necesidades. Las sociedades se transforman y se desarrollan, constituyendo la vida social y creando diversas formas de organización socioeconómica.


Dentro de las formas de organización tenemos:

a. La familia: siempre ha sido la base de la sociedad, a través de la historia existieron diversas formas de organización familiar como el matriarcado, la familia punalúa, la familia sindiásmica, el patriarcado y la familia.


b. Comunidad primitiva: nace con la aparición del hombre en la tierra y su desarrollo conforma diferentes formas de organización social:

La horda: es la forma más simple de la sociedad, son nómadas, no se distingue la paternidad, son un grupo muy reducido.

El clan: son exogámicos, eligen su pareja.

La tribu: comprenden un gran número de aldeas y se caracteriza por la posesión de un territorio determinado, un dialecto definido, una cultura homogénea y una organización política definida.


c. El esclavismo: es un sistema de explotación del hombre. Las culturas más predominantes son: egipcia, mesopotámica, hindú, china, fenicia, griega, romana y hebrea. Su principal característica es el predominio de la propiedad individual, se desarrolla la agricultura, se encuentra una sociedad claramente estructurada en clases sociales.


d. El feudalismo: régimen de la edad media, donde se desarrollan grandes extensiones de tierras, se da una producción de autoconsumo, las clases sociales se estratifican de forma piramidal, se da un profundo dominio de la iglesia.


e. El capitalismo: tiene su origen en un periodo mercantil precapitalista su importancia se da en el intercambio de mercancía y la acumulación de riquezas. El trabajo es libre, se facilita el intercambio de mercancía, se propugna por la libre competencia, se desarrolla una dependencia económica y tecnológica entre los países.


f. Socialismo: es una forma de organización que se caracteriza, porque los medios de producción son propiedad colectiva y su economía es centralmente planificada en forma importante a la seguridad social.


2. FUNCIONES DE LA FAMILIA DENTRO DE LA SOCIEDAD:

Biológica: procura la satisfacción sexual de los adultos y la perpetuación de la especie.

Económica: procura la satisfacción de las necesidades del ser humano.

Educativa: procura la transmisión de la cultura, hábitos, costumbres, etc.

Religiosa: inculca la formación de valores y practicas devotas.

Recreativa: procura el descanso y el recreo de los miembros de la familia.


3. LAS INSTITUCIONES SOCIALES:

Una institución es un sistema de normas, reglas de conducta con la finalidad de satisfacer necesidades sociales. Es una estructura social construida alrededor de ciertos valores y cambia a través del tiempo.

Toda institución social está formada por un conjunto de personas entre las que se da una interacción recíproca llamado grupo social, es por ello que la sociedad establece modelos a seguir como pautas colectivas que conforman un rol social. La combinación de esas pautas de comportamiento practicadas por los individuos dan como resultado las instituciones sociales.

Las instituciones sociales contienen en si misma un conjunto de normas, relaciones, procesos e instrumentos materiales que forman parte de los intereses de una sociedad.


4. TIPOS DE INSTITUCIONES SOCIALES.

Familiares: transmiten pautas de conducta, es la que da lugar al comienzo de toda la dinámica de la sociedad, en ellas están contenidas las costumbres y tradiciones de una organización social.


Políticas: regula la conducta del grupo, el centro de la política es el gobierno o el estado que cubre todo los campos de acción de los hombres, lo cual viene a ser las leyes y reglamentos que rigen a la sociedad


Educativas: que forman y dan pautas, abarca las actividades relativas a la cultura, el arte y la educación


Económicas: que transforman y administran los recursos naturales, constituye todo lo que involucra la industria, el comercio, la banca y los servicios encargados de producir, financiar, etc.


Religiosas: se crean en torno de cultos de fe, son organizaciones relacionadas con las creencias de los seres humanos; como el protestantismo, catolicismo, etc.


Profesionales: que forman cuadros especializados.


5. INSTITUCIONES QUE FORMAN LA SUPERESTRUCTURA SOCIAL.


La formación social está integrada por una infraestructura y una superestructura que forma una totalidad social.

La infraestructura constituye la base real de todo el sistema productivo, siendo apoyada por la superestructura; mientras que esta última es la base relativa, es decir, corresponde a los cambios ideológicos de la sociedad.

La superestructura está formada por las instituciones jurídicos-políticas e ideológicas.

Las instituciones jurídico – políticas son el Estado como derecho de actividad normativa, por ejemplo si un sistema económico se basa en la propiedad privada, el Estado en conjunto con el derecho deben proteger la misma implementando sistemas y normas que rijan la estructura.

Las instituciones ideológicas son el derecho como ciencia, la política, la moral, la religión, etc.; son aquellas instituciones que fundamentan las doctrinas de una forma de vida determinada de acuerdo a una base económica especifica.


6. MODOS DE PRODUCCIÓN

El modo de producción en una sociedad se define por las relaciones de producción que las personas establecen entre sí. En las relaciones de producción, el trabajo individual se convierte en una partícula o parte del trabajo social.


Además algunos autores sostienen que el es básicamente el modo de obtener los bienes materiales necesarios al hombre para el consumo productivo y personal. El modo de producción constituye la unidad de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción. El cambio del modo de producción origina cambios del régimen social, sirve de base al desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción, de toda la producción social. Gracias a los conocimientos adquiridos, a la experiencia y a los hábitos de trabajo, los hombres producen los bienes materiales, desarrollan las fuerzas productivas, que muestran el grado en que el hombre domina a la naturaleza. El nivel de desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas determina el carácter de las relaciones de producción. Las relaciones de producción o relaciones económicas, es decir, las que se establecen entre los hombres en el proceso de producción de los bienes materiales, influyen a su vez activamente sobre las fuerzas productivas, facilitando u obstaculizando su desarrollo. Si las relaciones de producción corresponden al nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, como ocurre, por ejemplo, bajo el socialismo éstas se desarrollan sin obstáculos. En cambio, cuando las relaciones de producción dejan de corresponder al nivel de las fuerzas productivas, como es el caso en el capitalismo contemporáneo frenan el progreso de dichas fuerzas, se convierten en una traba, y se hace necesario sustituir el modo de producción caduco por otro nuevo, que corresponda al nivel más elevado de las fuerzas productivas. Este cambio de un modo de producción por otro se efectúa por vía revolucionaria. El fundamento económico de las revoluciones sociales se pone al descubierto gracias a una ley económica general: la ley de la correspondencia entre las relaciones de producción y el carácter de las fuerzas productivas, descubierta por Marx. El papel decisivo en el sistema de las condiciones materiales de vida de la sociedad corresponde al modo de producción de los bienes materiales. Según sea el modo de producción, tal será en lo fundamental la sociedad misma -sus ideas, sus teorías, las concepciones y las instituciones políticas. La historia conoce cinco modos de producción que se han sucedido desde el nacimiento de la sociedad humana: el de la comunidad primitiva, el esclavista, el feudal, el capitalista y el comunista. Éste es el más progresivo de la historia. El que se sustituya un viejo modo de producción por otro nuevo es resultado inevitable de la agudización de las contradicciones entre las fuerzas productivas en desarrollo y las relaciones de producción rezagadas. Tales contradicciones, cuando impera la propiedad privada sobre los medios de producción, poseen carácter antagónico y se manifiestan en la lucha de clases. En esta lucha alcanza la victoria la parte de la sociedad que se halla vinculada al modo de producción más avanzado y progresivo. Bajo el socialismo, las contradicciones en el desarrollo del modo de producción no presentan carácter antagónico y la sociedad las supera mediante el perfeccionamiento consciente de las relaciones de producción, a las que adecúa el nivel de las fuerzas productivas. Del modo de producción hay que distinguir la base económica de la sociedad, que es el conjunto de las relaciones de producción dominantes en tal o cual sociedad humana. La unidad del modo de producción y de la superestructura ideológica y política que corresponde a la base de una sociedad dada constituye una formación económico-social.


Modo de producción de acuerdo a Marx


Según Carlos Marx, el modo de producción determina las condiciones de trabajo y las relaciones entre todos los componentes de la sociedad.

Las fuerzas productivas son los elementos necesarios para que se pueda llevar a cabo la producción (hombres, materia prima y las herramientas.) Las relaciones de producción son los nexos o relaciones que se establecen entre los individuos que intervienen en la producción de bienes y servicios; por lo tanto, según Marx, el modo de producción se integra por las fuerzas productivas y las relaciones de producción.

Si el valor más importante de la producción es su carácter social; en el modo de producción, los hombres establecen relaciones de una forma u otra y el trabajo individual se convierte en una parte del trabajo social.


LOS MODOS DE PRODUCCIÓN PROPUESTOS SON:

Modo de producción primitivo

Modo de producción natural

Modo de producción esclavista

Modo de producción feudal

Modo de producción capitalista

Modo de produccion americano

Modo de producción socialista

Modo de producción comunista


En 1858, en el cuaderno Formas de producción precapitalistas, Marx explicó la existencia de formas depropiedad y producción diversas que sirvieron como transición desde la propiedad colectiva de la tierra en manos de la comunidad primitiva, hasta la propiedad privada del suelo y finalmente a la separación entre el productor y la tierra. Determinó varias formas específicas, como el despotismo oriental o forma asiática, también presente en Perú; la forma antigua o romana; la forma germánica y la eslava.


Comunismo primitivo

Por comunismo primitivo, comunidad primitiva, o modo de producción primitivo, se entiende, en la teoría marxista, una etapa del desarrollo de las formaciones económico-sociales, caracterizadas por el bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, la propiedad colectiva de los instrumentos de producción (rudimentarios) y la distribución igualitaria de los productos. Es el primero de los modos de producción que Marx definió como estadíos de la evolución de la historia económica.


Los hombres estaban organizados en bandas, dedicados a la caza, pesca y recolección, y la actividad laboral humana se basaba en la cooperación simple. Para Marx, este tipo de producción colectiva o cooperativa era, naturalmente, el resultado del desamparo en que se encontraba el individuo aislado, y no de la socialización de los medios de producción. Como consecuencia, el hombre primitivo no concebía la posibilidad de una propiedad privada de los instrumentos de producción, sólo algunos de éstos, que les servían también para defenderse de las fieras, les pertenecían en propiedad personal. Trabajo tan primitivo no creaba excedente alguno después de cubrir las necesidades más perentorias, y esa inexistencia impedía la explotación del hombre por el hombre. En ese régimen económico la producción habría estado directamente determinada por las necesidades colectivas, y entre el acto sustancial de la creación y lo creado no había ninguna mediación social y, por tanto, ninguna ruptura epistemológica.

Esta forma de vida corresponde al periodo que los prehistoriadores han denominado Paleolítico, y no fue sino con el descubrimiento de la agricultura y la ganadería, realizado durante el Neolítico que permitió una primera especialización y división social del trabajo, como describe el historiador Vere Gordon Childe con sus conceptos de Revolución neolítica (en la que las aldeas campesinas aún conservaban buena parte del igualitarismo social) y la posterior Revolución urbana (cuando ya aparecen claramente las clases sociales y el poder político y religioso).


En el comunismo primitivo no había excedentes de producción, por lo que no existía desigualdad de bienes ni la necesidad de un Estado. Al ser una sociedad basada en el autoconsumo, todas sus relaciones sociales eran comunitarias.

Este modo de producción fue sustituido, dependiendo del lugar o la época, bien por el modo de producción esclavista o bien por el modo de producción feudal.


Modo de producción esclavista

El modo de producción esclavista es uno de los modos de producción que Marx definió como estadios de la evolución de la historia económica definidos por un determinado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y una forma particular de relaciones de producción.

El modo de producción esclavista es uno de los modos de producción que Marx definió como estadios de la evolución de la historia económica definidos por un determinado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y una forma particular de relaciones de producción.

El modo de producción esclavista es propio de un nivel de desarrollo de las fuerzas productivas netamente preindustrial. El capital es escaso, no habiendo incentivos para la inversión aunque se amasen inmensas fortunas (se acumulan objetos de lujo, propiedades inmuebles y esclavos, no interesando los bienes de producción como maquinaria); las técnicas son muy rudimentarias y tradicionales, no habiendo incentivo para mejora aunque pueda haber un espectacular desarrollo intelectual precientífico (la filosofía clásica). Tierra y trabajo son las fuerzas productivas fundamentales.


En el modo de producción esclavista, la fuerza de trabajo está sometida a esclavitud, es decir: no es propiedad de los trabajadores que por tanto no tienen que ser retribuidos (los proletarios del modo de producción capitalista poseen al menos su fuerza de trabajo y han de ser retribuidos con el salario). La reproducción de la fuerza de trabajo queda así como responsabilidad del propietario del esclavo, que por su propio interés alimenta e incluso incentiva a la reproducción biológica de sus esclavos (a diferencia de los esclavos, los proletarios han de encargarse de ello por sí mismos con la retribución salarial que reciben por su trabajo). En el modo de producción esclavista, las relaciones sociales están basadas en la propiedad y el derecho, que convierten a unas personas en libres y otras en esclavas (en el modo de producción feudal, la propiedad y el derecho, más bien derechos y privilegios en plural, son términos confusos que señores y siervos comparten). El interés en la mejora de la producción corresponde únicamente al propietario, pues el esclavo no se beneficia ni se perjudica directamente por una mejor o peor cosecha (en el modo de producción feudal ese interés corresponde al siervo y en el capitalista al empresario capitalista).


Si eso parece estar en contradicción con la existencia de esclavos hasta el siglo XIX en los Estados del sur de los EE. UU., por poner un ejemplo muy conocido, se debe dejar claro, por un lado, que no hay que confundir modo de producción esclavista con esclavitud, que es tan antigua como la historia y continuó existiendo en todo el mundo después de que el esclavismo fuera el modo de producción dominante, sobreviviendo hasta que el movimiento abolicionista la consideró una situación socialmente inaceptable. Aún hoy en día reaparece en algunos lugares de África. Por otro lado, hay que dejar claro que distintos modos de producción pueden (de hecho, suelen) coexistir al mismo tiempo combinándose en una formación económico social concreta.

Historia del modo de producción esclavista


El modo de producción esclavista fue la componente esencial de la formación económico social de la civilización grecorromana y lo que le proporcionó la base tanto de su éxito como de su crisis. La historiografía materialista insiste en la originalidad de ese hecho y su trascendencia (Perry Anderson).

La esclavitud ya había existido en formas diferentes en las civilizaciones del antiguo Oriente, pero siempre había sido una condición jurídicamente impura, que con frecuencia tomaba la forma de servidumbre por deudas o de trabajo forzado, entre otros tipos mixtos de servidumbre, y formando sólo una categoría muy reducida en un continuo de dependencia y falta de libertad que llegaba hasta muy arriba en la escala social. La esclavitud nunca fue el tipo predominante de extracción de excedente, sino un fenómeno que existía al margen de la principal mano de obra rural. Los imperios fluviales (Mesopotamia, Egipto), basados en una agricultura intensiva y de regadío que contrasta con el cultivo de secano de la civilización mediterránea grecorromana, no fueron economías esclavistas, y sus sistemas legales carecían de una concepción estrictamente definida de la propiedad de bienes muebles.


Las grandes épocas clásicas: Grecia en los siglos V y IV a. C. y Roma desde el II a. C. hasta el II d. C. fueron aquellas en las que la esclavitud fue masiva y general entre los otros sistemas de trabajo. La decadencia de la esclavitud, en el Helenismo o en la Roma de la crisis del siglo III, significó la decadencia de ambas culturas urbanas. El predominio de la ciudad sobre el campo se invierte cuando el modo de producción esclavista es sustituido por el modo de producción feudal.


Grecia

Las polis griegas fueron las primeras en hacer de la esclavitud algo absoluto en su forma y dominante en su extensión, convirtiéndola un sistemático modo de producción. Eso no quiere decir que el mundo griego clásico se basara de forma exclusiva en la utilización del trabajo de esclavos: los campesinos libres, arrendatarios y artesanos urbanos siempre coexistieron con los esclavos; pero el modo de producción dominante, que rigió la articulación de cada economía local y definió la civilización griega fue el esclavista.

Las estimaciones numéricas son poco fiables y varían enormemente. En la Atenas de Pericles la proporción esclavos/ciudadanos libres era quizá de 3 a 2. En otras poleis (Quíos, Egina, Corinto) probablemente más. Aristóteles daba por supuesto la necesidad de esclavos en abundancia y Jenofonte proponía como proporción ideal 3 a 1. Lo verdaderamente importante es que por primera vez los esclavos fueron utilizados de forma habitual en la artesanía, la industria y la agricultura en escala superior a la utilización doméstica, propia de una concepción menos utilitaria y más de ostentación.


Al tiempo que la esclavitud se hacía general, la naturaleza de la esclavitud se hacía absoluta: ya no consistía en una forma relativa de servidumbre entre otras muchas, a lo largo de un continuo gradual, sino en una condición extrema de pérdida completa de libertad, que se yuxtaponía a una libertad nueva y sin trabas. La libertad y la esclavitud helénicas eran indivisibles: cada una de ellas era la condición estructural de la otra, en un sistema diádico que no tuvo precedente ni equivalente en las jerarquías sociales de los imperios del Oriente Próximo, que no conocieron ni la noción de ciudadanía libre ni la de propiedad.


Roma

Las guerras interiores y exteriores a partir de finales del siglo III a. C. (Guerras Púnicas, guerra social y guerra civil) pusieron bajo el control de la oligarquía senatorial grandes territorios, de forma especial en el sur de Italia. Al mismo tiempo acentuaron dramáticamente la decadencia del campesinado romano, que en otros tiempos había constituido la sólida base de pequeños propietarios de la pirámide social de la ciudad. La movilización sin fin agotó a los assidui, llamados año tras año a la legión. Los que no morían eran incapaces de conservar sus tierras, absorbidas por la nobleza ecuestre y senatorial. Del año 200 al 167 a. C., el 10% o más de todos los hombres libres y adultos de Roma estuvieron alistados permanentemente en el ejército. Este gigantesco esfuerzo militar sólo era posible porque la economía civil en la que se apoyaba podía funcionar hasta ese punto gracias al trabajo de los esclavos, que liberaba las correspondientes reservas de mano de obra para los ejércitos de la República. A su vez las guerras victoriosas proporcionaban más cautivos-esclavos para ennviar a las ciudades y las fincas de Italia.


El resultado final fue la aparición de unas propiedades agrarias, los latifundios cultivadas por esclavos, de un tamaño hasta entonces desconocido. Los mayores podían alanzar más de 80.000 hectáras. Incluso siendo dispersos, sus fincas individualizadas solían superar los 500 iugera (120 hectáreas) y no eran raros tamaños diez veces superiores. Aumentó la combinación del cultivo de vid y olivo con el de los cereales, y la superficie dedicada a la ganadería. La comercialización estaba asegurada por las vías terrestres (calzada romana) y las rutas marítimas de un Mediterráneo pacificado que llevaban la producción a las ciudades, la mayor la propia Roma. A larga distancia las grandes metrópolis de Oriente proporcionaban un comercio de lujo.

A finales de la República quizá el 90% de los artesanos de Roma eran de origen esclavo. Se calcula que en el 225 a.c. habría en Italia 4.400.000 personas libres frente a 600.000 esclavos. En el año 43 a.c. la población libre no habría crecido, mientras que los esclavos serían 3.000.000 (cinco veces más que en la fecha anterior).


La crisis del modo de producción esclavista

La pax romana de Augusto y el Imperio no podía significar el fin del expansionismo militar, pues si se acababa el mecanismo antes descrito (conquistas que proporcionen esclavos, que sustituyan a campesinos libres para que puedan convertirse en ciudadanos con obligaciones militares que vayan a conquistar más esclavos) el sistema entero caería. El siglo II, en que los emperadores de la dinastía Antonina combaten eficazmente en una frontera cada vez mejor definida, ve la última conquista de una provincia: la Dacia en tiempo de Trajano. La crisis del siglo III, con su correlato de invasiones, anarquía militar y crisis ideológica que conlleva la expansión y posterior triunfo del cristianismo es en lo económico la crisis del modo de producción esclavista. Los latifundios empiezan a ser cultivados por colonos semilibres, y los esclavos escasean. No se reproducen fácilmente, no se adquieren por conquista (los bárbaros están pasando a ser la fuerza principal del ejército romano), e incluso son liberados, a veces por motivos piadosos, lo que no oculta el interés que los propietarios tienen de convertirse en algo parecido a lo que serán los señores feudales. Las reformas de Diocleciano salvan el Imperio un siglo más, pero empujan el sistema en un sentido definitivamente feudal (los cargos públicos y oficios deben heredarse, la presión fiscal hace opresiva la vida urbana). La ciudad decae, al igual que la ciudadanía romana se extiende y deja de ser atractiva (Caracalla la había concedido a todos los hombres libres). Ciudadanía y libertad son conceptos que se han devaluado definitivamente. Cuando ser libre ya no signifique nada, nada significará ser esclavo. Son otras relaciones de producción.


Economía feudal

Las invasiones que sufre Europa durante más de cien años (normandos, musulmanes, eslavos) con la caída del Imperio romano y el posterior debilitamiento del Imperio Carolingio frenarán la actividad económica hasta las puertas del año 1000.


Las mejoras técnicas

Es en este momento cuando se extienden modernas técnicas agrícolas que, aún existiendo anteriormente, habían quedado reducidas a escasos espacios territoriales. Este proceso fue extraordinariamente lento, pero se intensificó a partir del siglo XII con la mejora de las comunicaciones y los intercambios.

Entre los avances cabe destacar el aumento en el uso de los molinos de agua como fuerza motriz para el trigo y el aceite, que por una parte se extiende desde el norte de Europa hacia la zona central, y por otra con las aportaciones de los musulmanes en España desde el sur hasta Francia y de las acequias para riego, extendiendo los cultivos y liberando mano de obra que podía dedicarse a otras tareas más productivas. Además, mejoran los métodos de enganche de los animales, especialmente el caballo y el buey, introduciendo la collera rígida y el yugo sobre los cuernos. La cría del ganado de tiro aumenta de manera notable y permitirá disponer de animales en abundancia. También se cría el caballo de combate que cambiará las prácticas de la guerra en detrimento de la infantería tradicional. Los instrumentos de uso agrícola, como el arado o la azada, generalmente de madera, son sustituidos por otros de hierro. Esto es especialmente útil en el centro y norte de Europa, entre el Loira y el Rhin, donde la tierra turbosa y muy húmeda era de difícil trabajo. Ahora el arado penetra más, airea la tierra con mayor facilidad y permite la obtención de cosechas en espacios antes baldíos.


Además desde el norte de la actual Francia y sur de Alemania se extiende un sistema de barbecho distinto que permite la rotación de suelos cada dos años de tres mediante la quema de rastrojos, en vez de uno de cada dos, y se abandona la práctica del cultivo itinerante. Al mismo tiempo, las canalizaciones de agua permiten el riego en zonas como la Lombardía y en el sur de Europa garantizan sacar adelante cosechas en terrenos de clima mediterráneo seco.

Entre los alimentos, además de las habas y el trigo, se incorpora a la dieta la avena, tanto para personas como para los animales, cuyo engorde es más rápido y garantiza la alimentación en periodos de sequía y en los duros inviernos.


A más producción, más población

El aumento de la producción como consecuencia de las innovaciones supone ya en el siglo XI una reducción de las prestaciones personales de los siervos a sus señores en cuanto a horas de trabajo, sustituyéndose por el pago de una cuantía económica o en especie. Se reducen las tierras del señor y se extienden los arrendamientos. Al mismo tiempo los campesinos, disponiendo de más tiempo para procurarse sus ingresos, aumentan sus rentas y ganan en independencia. En algunos lugares, sólo son convocados a trabajar para el señor en los periodos de laboreo con gran necesidad de mano de obra como la siega.

El señor pasa de obtener trabajo gratuito, a recibir retribuciones en especie que él muchas veces elige, y oro o plata. Esto provoca una mayor acuñación de moneda y el fluir del comercio. Aparecen las primeras grandes fortunas y los señores hacen ostentación de sus bienes, muchos de ellos traídos de Oriente, (entre otras, a través de la "ruta de la seda"). El Alto Clero comienza a disponer a partir del siglo XI de recursos con los que engalanar las iglesias, catedrales y palacios episcopales.


Aumenta el número de tierras roturadas y comienza el periodo de eliminación de los bosques europeos, drenaje de las tierras empantanadas, extensión de los terrenos arados lejos de las aldeas y la construcción dispersa de casas campesinas. Aunque no sea rápidamente, el tiempo va cambiando el paisaje y las costumbres. Las tierras de pastos en las laderas más difíciles de arar y los terrenos de labranza en el resto se hacen comunes en muchas zonas. Es el tiempo en el que se extiende el cultivo de la vid, poco exigente con las tierras que han sido ganadas al bosque. Las mejores zonas atraen a una mayor masa de población y se producen migraciones en todo el centro de Europa. El crecimiento poblacional es notable a partir del 1050, llegándose a duplicar la población de Inglaterra en 150 años y triplicándose hacia el final de la Edad Media. En el siglo XI las hambrunas han desaparecido. Este incremento se realiza a costa de una mayor tasa de natalidad, si bien la de mortalidad se mantendrá más estable.


El crecimiento de las tierras labradas es obra en su mayor parte de los campesinos y no tanto de los señores. Conforme éstos se habitúan a recibir las retribuciones en moneda o especie, van abandonando el deseo de acrecentar los latifundios en beneficio de cederlos en arriendo. El señor controla muchas veces la venta de materiales y aperos de labranza a sus campesinos, lo que le garantiza un control importante sobre los siervos. Los campesinos exigirán, y obtendrán muchas veces, la fijación de una retribución no arbitraria al señor, que consistirá en una aportación fija y otras variables en función de los resultados de las cosechas del año.


El comercio

A partir del siglo XII los excedentes facilitan el comercio más allá de las fronteras del señorío. Las actividades comerciales permiten que surja una incipiente burguesía, los mercaderes, que en su origen eran campesinos que aprovechaban los tiempos en los que no era necesario el trabajo de la tierra para comerciar, y que deberán realizar su trabajo pagando igualmente una parte de sus beneficios en forma de tributos a los señores. El lujo al que aspiran los señores con el incremento de las rentas, favorece la aparición cada vez más frecuente de artesanos. Las rutas de peregrinaje son los nuevos caminos por donde se abre el comercio. Roma, Jerusalén o Santiago de Compostela son los destinos pero las comunidades situadas en sus vías de acceso florecen ofreciendo hospedaje, comida y ropa. La venta directa al consumidor permite a muchos campesinos aportaciones extras a sus arcas. Las tasas de tránsito, peaje y mercados se incrementan. Las ciudades, burgos, son al mismo tiempo espacios de defensa y de comercio conforme avanza el tiempo y se va gestando una nueva sociedad que despegará en los siglos XIII


Modo de producción capitalista

El modo de producción capitalista es uno de los modos de producción que Marx definió como estadios de la evolución de la historia económica definidos por un determinado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y una forma particular de relaciones de producción. Es el siguiente al modo de producción feudal y, en la predicción del futuro que implica las tesis marxistas, su lógica interna le conducirá a su desaparición y sustitución por un modo de producción socialista.

Mientras que en la bibliografía no estrictamente marxista el capitalismo suele definirse como un sistema económico, para el materialismo histórico, el capitalismo es un modo de producción.

Esta construcción intelectual es originaria del pensamiento de Karl Marx (Manifiesto Comunista, 1848, El Capital, 1867) y deriva de la síntesis y crítica de tres elementos: la economía clásica inglesa (Adam Smith, David Ricardo y Thomas Malthus), la filosofía idealista alemana (fundamentante la dialéctica hegeliana) y el movimiento obrero de la primera mitad del siglo XIX (representado por autores que Marx calificaba de socialistas utópicos).

Definición y caracterización


La definición marxista del modo de producción capitalista se centra en el establecimiento de unas relaciones de producción basadas socialmente en la existencia de proletarios desposeídos de todo tipo de relación con los medios de producción, que pertenecen al capitalista, con el que se ven obligados a realizar un contrato en apariencia libre, por el que le venden su fuerza de trabajo a cambio de un salario. Es el capitalista el que organiza la producción, que en su aspecto técnico está determinada por un nivel de desarrollo económico propio de la época industrial, en que el capital ha adquirido el predominio sobre la tierra, que era la fuerza productiva dominante en los modos de producción anteriores (esclavismo y feudalismo). La clave de la concepción marxista del capitalismo está en los conceptos de alienación (el hecho de que el proceso y el producto del trabajo devienen ajenos al trabajador); y de plusvalía, o sea, la parte de la cantidad de trabajo incorporada por el trabajador asalariado al objeto de trabajo que excede en valor a lo pagado por el salario (teoría del valor-trabajo). En esa diferencia de valor estriba para Marx el beneficio del capitalista, puesto que es éste el que realiza el valor de lo producido mediante la venta en el mercado, que genera un precio que ha de ser superior al costo de producción si es que la actividad económica ha sido exitosa.


La situación del trabajador

La apariencia libre del contrato entre capitalista y trabajador (que según la teoría liberal habría de ser individual y sin interferencias de negociación colectiva de sindicatos o legislación protectora del Estado) apenas enmascara la presión a la que está sometido éste por la existencia de un ejército industrial de reserva, que es como Marx denomina a los desempleados que están dispuestos a sustituirle. No es original de Marx, sino de Ricardo y otros pensadores liberales (Ferdinand Lassalle), la idea de que el funcionamiento libre del mercado somete a los salarios a una ley de bronce que impide que asciendan más allá del límite de la subsistencia. Los proletarios deben de cuidar ellos mismos de la reproducción de la fuerza de trabajo.


Las crisis capitalistas

La crítica marxista al capitalismo sostiene que este modo de producción contiene contradicciones inherentes que provocan las crisis cíclicas. Karl Marx, en su obra El Capital, fundamenta esta opinión aduciendo que cada vez es más difícil para el capitalista valorizar su capital. Las relaciones de competencia a las que está sujeto el capitalista, obligan a éste a implementar de manera constante y creciente nueva y mejor maquinaria para incrementar la productividad del trabajo y, de esta forma, vender sus mercancías a precio más bajo que sus competidores directos. De este modo, disminuye el componente "trabajo vivo" (la contratación de trabajadores) dando lugar a lo que Marx denomina "ejercito industrial de reserva" es decir, una considerable parte de la clase obrera que queda a la espera de un trabajo. Esta espera forzosa que impone el capitalismo a la clase obrera, hace que este "ejercito industrial de reserva" se convierta, por un lado, en una importante masa de pobres e indigentes, y, por otro lado, en causa de la imposibilidad de que el salario ascienda rápidamente (debido al excedente de oferta de fuerza de trabajo).



Gracias...


Lectura Complementaria: EL ORIGEN DE LA FAMILIA, LA PROPIEDAD PRIVADA Y EL ESTADO


FEDERICO ENGELS

Uno de los fundadores del marxismo, jefe y maestro del proletariado internacional, amigo y colaborador de Marx. En los primeros años de la década de 1840, Engels abandona las posiciones de demócrata revolucionario, y cumple el tránsito al comunismo científico. Engels contribuyó con una aportación valiosísima a elaborar todas las partes integrantes del marxismo: la filosofía, la economía política y el comunismo científico. Se encontró con Marx en 1844; con él dirigió el movimiento obrero revolucionario y creó la nueva doctrina revolucionaria. “No es posible comprender el marxismo ni es posible exponerlo coherentemente sin tener en cuenta todas las obras de Engels”

- En 1844 publicó Engels en los “Anales franco-alemanes”

- En 1845, Engels dio a la luz el libro “La situación de la clase obrera en Inglaterra”

- En 1845-1846 Engels escribió con Marx “La ideología alemana”, libro en que por primera vez se hace una amplia exposición de los principios fundamentales del comunismo científico. En esta obra, se enuncia la idea de que las formaciones sociales se suceden unas a otras en virtud de determinadas leyes, se demuestra que el hundimiento del capitalismo es inevitable, se explica que el proceso del desarrollo social se basa en el desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción.

- En 1847, Engels escribió “Principios del comunismo”, proyecto de programa de la “Liga de los comunistas”. Estos “Principios’’ sirvieron de base para el “Manifiesto del Partido Comunista” (1848)

- Engels “Anti—Dühring” (1878). Escrita como trabajo polémico contra el ideólogo burgués En la tercera parte (“Socialismo’’), Engels caracteriza los rasgos principales de la futura sociedad comunista, cuyo establecimiento constituye, para la humanidad, el salto del reino de la necesidad al reino de la libertad. En la “Dialéctica de la naturaleza’’ (obra escrita entre 1873-1882, publicada en 1925),

- En 1884, escribió “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”, libro considerado por Lenin como una de las obras fundamentales del socialismo moderno. En este trabajo, Engels explicó, desde un punto de vista marxista, la sociedad primitiva, el origen y desarrollo de la división social del trabajo, de la producción mercantil, de la propiedad privada y del Estado. Engels ayudó sistemáticamente a Marx en su labor sobre “El Capital”. Después de la muerte de Marx (1883).

http://www.eumed.net/cursecon/dic/bzm/e/Engels.htm

http://www.marxists.org/espanol/m-e/index.htm

http://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/origen/index.htm

http://www.engels.org/pdf/engels_origen_familia.pdf (libro completo).


ORIGEN DE LA FAMILIA, LA PROPIEDAD PRIVADA Y EL ESTADO


En esta lectura titulada “El origen de la familia, la propiedad privada y el estado” del autor Friedrich Engels se puede empezar a comprender de dónde viene el hombre y cómo ha ido evolucionando y aprendiendo nuevas formas para sobrevivir. Pues en aquellos remotos tiempos existían peligros al por mayor, en los que tenían que ingeniárselas para no terminar como alimento de los poderosos y siempre peligrosos animales que una vez existieron.

De sumo interés es saber e identificar los estadios prehistóricos de la cultura, a mencionar: a) salvajismo, b) barbarie y c) civilización.


I. SALVAJISMO


Estadio inferior. Infancia del género humano. Los hombres permanecían aún en los bosques tropicales o subtropicales y vivían, por lo menos parcialmente, en los árboles; esta es la única explicación de que pudieran continuar existiendo entre grandes fieras salvajes. Los frutos, las nueces y las raíces servían de alimento; el principal progreso de esta época es la formación del lenguaje articulado.


Estadio medio. Comienza con el empleo del pescado (incluimos aquí también los crustáceos, los moluscos y otros animales acuáticos) como alimento con el uso del fuego. Ambos fenómenos van juntos, porque el pescado sólo puede ser empleado plenamente como alimento gracias al fuego.


Estadio superior. Comienza con la invención del arco y la flecha, gracias a los cuales llega la caza a ser un alimento regular, y el cazar, una de las ocupaciones normales. El arco, la cuerda y la flecha forman ya un instrumento muy complejo, cuya invención supone larga experiencia acumulada y facultades mentales desarrolladas, así como el conocimiento simultáneo de otros muchos inventos.


II. LA BARBARIE.


Estadio Inferior: Empieza con la inducción de la alfarería, nació de la costumbre de recubrir con arcilla las vajillas de cestería o de madera para hacerlas refractarias al fuego, y pronto se descubrió que la arcilla moldeada servía para el caso sin necesidad de la vasija interior.

El rasgo característico del periodo de la barbarie es la domesticación y cría de animales y el cultivo de las plantas, el continente oriental o mundo antiguo, poseía casi todos los animales domesticables y todos los cereales propios para el cultivo, menos uno; el continente occidental, América, no tenía más mamíferos domesticables que la llama y aun así, nada más que en una parte del Sur y uno solo de los cereales cultivables, pero el mejor, el maíz.


Estadio medio: En el este comienza con la domesticación de animales y en el Oeste, con el cultivo de la hortaliza por medio de riego y con el empleo de adobes (ladrillos secados al sol) y de la piedra para la construcción, y quizás de la calabaza, el melón y otras plantas de huerta, vivían en casa de madera, en aldeas protegidas por empalizadas.

En el Este, el estadio medio de la barbarie comenzó con la domesticación de animales para el suministro de leche y carne, mientras que, al parecer, el cultivo de las plantas permaneció desconocido allí hasta muy avanzado este período.

Estadio superior: Comienza con la fundición del mineral de hierro y para al estadio de la civilización con el invento de la escritura alfabética y su empleo para notación literaria. Este supera a todos los anteriores juntos en cuanto a los progreso de la producción.

Aquí encontramos por primera vez el arado de hierro tirado por animales domésticos, lo que hace posible la roturación de la tierra en gran escala, la agricultura.


La principal herencia que los griegos llevaron de la barbarie a la civilización la constituyen instrumentos de hierro perfeccionados, los fuelles de fragua, el molino de brazo, la rueda de alfarero, la preparación del aceite y el vino, la carreta y el carro de guerra, la construcción de barcos con tablones y vigas los comienzos de la arquitectura como arte, las ciudades amuralladas con torres y almenas, las epopeyas homéricas y toda la mitología.


La Familia: Considerando la vida de los iroqueses establecidos en Estado de Nueva Cork adoptado por la de los sénecas, donde reinaba allí esa especie de matrimonio, fácilmente disoluble por ambas partes, llamado por Morgan “ familia sindiásmica” . La descendencia de una pareja conyugal de esta especie era patente y reconocida por todo el mundo ninguna duda podía quedar acerca de a quien debía aplicarse los apelativos de padre, madre, hijo, hija, hermano, hermana.


Según Morgan, salieron de este estado primitivo de promiscuidad, probablemente en época muy temprana:

1. La familia consanguínea, la primera etapa de la familia. Aquí los grupos conyugales se clasifican por generaciones: todos los abuelos y abuelas, en los límites de la familia, son maridos y mujeres entre sí; lo mismo sucede con sus hijos, es decir, con los padres y las madres; los hijos de éstos forman, a su vez, el tercer círculo de cónyuges comunes; y sus hijos, es decir, los biznietos de los primeros, el cuarto. En esta forma de la familia, los ascendientes y los descendientes, los padres y los hijos, son los únicos que están excluídos entre sí de los derechos y de los deberes (pudiéramos decir) del matrimonio. Hermanos y hermanas, primos y primas en primero, segundo y restantes grados, son todos ellos entre sí hermanos y hermanas, y por eso mismo todos ellos maridos y mujeres unos de otros. El vínculo de hermano y hermana presupone de por sí en este período el comercio carnal recíproco.


Ejemplo típico de tal familia serían los descendientes de una pareja en cada una de cuyas generaciones sucesivas todos fuesen entre sí hermanos y hermanas y, por ello mismo, maridos y mujeres unos de otros. família consanguínea ha desaparecido. Ni aun los pueblos más salvajes de que habla la historia presentan algún ejemplo indudable de ella. Pero lo que nos obliga a reconocer que debió existir, es el sistema de parentesco hawaiano que aún reina hoy en toda la Polinesia y que expresa grados de parentesco consanguíneo que sólo han podido nacer con esa forma de familia; nos obliga también a reconocerlo todo el desarrollo ulterior de la familia, que presupone esa forma como estadio preliminar necesario.


2. La familia punalúa. Si el primer progreso en la organización de la familia consistió en excluir a los padres y los hijos del comercio sexual recíproco, el segundo fue en la exclusión de los hermanos. Por la mayor igualdad de edades de los participantes, este progreso fue infinitamente más importante, pero también más difícil que el primero. Se realizó poco a poco, comenzando, probablemente, por la exclusión de los hermanos uterinos (es decir, por parte de madre), al principio en casos aislados, luego, gradualmente, como regla general (en Hawaí aún había excepciones en el presente siglo), y acabando por la prohibición del matrimonio hasta entre hermanos colaterales (es decir, según nuestros actuales nombres de parentesco, los primos carnales, primos segundos y primos terceros). Este progreso constituye, según Morgan, "una magnífica ilustración de cómo actúa el principio de la selección natural". Sin duda, las tribus donde ese progreso limitó la reproducción consanguínea, debieron desarrollarse de una manera más rápida y más completa que aquéllas donde el matrimonio entre hermanos y hermanas continuó siendo una regla y una obligación. Hasta qué punto se hizo sentir la acción de ese progreso lo demuestra la institución de la gens, nacida directamente de él y que rebasó, con mucho, su fin inicial. La gens formó la base del orden social de la mayoría, si no de todos los pueblos bárbaros de la Tierra, y de ella pasamos en Grecia y en Roma, sin transiciones, a la civilización.


Cada familia primitiva tuvo que escindirse, a lo sumo después de algunas generaciones. La economía doméstica del comunismo primitivo, que domina exclusivamente hasta muy entrado el estadio medio de la barbarie, prescribía una extensión máxima de la comunidad familiar, variable según las circunstancias, pero más o menos determinada en cada localidad. Pero, apenas nacida, la idea de la impropiedad de la unión sexual entre hijos de la misma madre debió ejercer su influencia en la escisión de las viejas comunidades domésticas (Hausgemeinden) y en la formación de otras nuevas que no coincidían necesariamente con el grupo de familias. Uno o más grupos de hermanas convertíanse en el núcleo de una comunidad, y sus hermanos carnales, en el núcleo de otra. De la familia consanguínea salió, así o de una manera análoga, la forma de familia a la que Morgan da el nombre de familia punalúa. Según la costumbre hawaiana, cierto número de hermanas carnales o más lejanas (es decir, primas en primero, segundo y otros grados), eran mujeres comunes de sus maridos comunes, de los cuales quedaban excluidos, sin embargo, sus propios hermanos. Esos maridos, por su parte, no se llamaban entre sí hermanos, pues ya no tenían necesidad de serlo, sino "punalúa", es decir, compañero íntimo, como quien dice associé. De igual modo, una serie de hermanos uterinos o más lejanos tenían en matrimonio común cierto número de mujeres, con exclusión de sus propias hermanas, y esas mujeres se llamaban entre sí "punalúa". Este es el tipo clásico de una formación de la familia (Familienformation) que sufrió más tarde una serie de variaciones y cuyo rasgo característico esencial era la comunidad recíproca de maridos y mujeres en el seno de un determinado círculo familiar, del cual fueron excluidos, sin embargo, al principio los hermanos carnales y, más tarde, también los hermanos más lejanos de las mujeres, ocurriendo lo mismo con las hermanas de los maridos.


3. La familia sindiásmica. En el régimen de matrimonio por grupos, o quizás antes, formábanse ya parejas conyugales para un tiempo más o menos largo; el hombre tenía una mujer principal (no puede aún decirse que una favorita) entre sus numerosas, y era para ella el esposo principal entre todos los demás. Esta circunstancia ha contribuído no poco a la confusión producida en la mente de los misioneros, quienes en el matrimonio por grupos ven ora una comunidad promiscua de la mujeres, ora un adulterio arbitrario. Pero conforme se desarrollaba la gens e iban haciéndose más numerosas las clases de "hermanos" y "hermanas", entre quienes ahora era imposible el matrimonio, esta unión conyugal por parejas, basada en la costumbre, debió ir consolidándose. Aún llevó las cosas más lejos el impulso dado por la gens a la prohibición del matrimonio entre parientes consanguíneos. Así vemo que entre los iroqueses y entre la mayoría de los demás indios del estadio inferior de la barbarie, está prohibido el matrimonio entre todos los parientes que cuenta su sistema, y en éste hay algunos centenares de parentescos diferentes. Con esta creciente complicación de las prohibiciones del matrimonio, hiciéronse cada vez más imposibles las uniones por grupos, que fueron sustituidas por la familia sindiásmica. En esta etapa un hombre vive con una mujer, pero de tal suerte que la poligamia y la infidelidad ocasional siguen siendo un derecho para los hombres, aunque por causas económicas la poligamia se observa raramente; al mismo tiempo, se exige la más estricta fidelidad a las mujeres mientras dure la vida común, y su adulterio se castiga cruelmente. Sin embargo, el vínculo conyugal se disuelve con facilidad por una y otra parte, y después, como antes, los hijos sólo pertenecen a la madre.


4. La familia monogámica. Nace de la familia sindiásmica, según hemos indicado, en el período de la transición entre el estadio medio y el estadio superior de la barbarie; su triunfo definitivo es uno de los síntomas de la civilización naciente. Se funda en el predominio del hombre; su fin expreso es el de procrear hijos cuya paternidad sea indiscutible; y esta paternidad indiscutible se exige porque los hijos, en calidad de herederos directos, han de entrar un día en posesión de los bienes de su padre. La familia monogámica se diferencia del matrimonio sindiásmico por una solidez mucho más grande de los lazos conyugales, que ya no pueden ser disueltos por deseo de cualquiera de las partes. Ahora, sólo el hombre, como regla, puede romper estos lazos y repudiar a su mujer. También se le otorga el derecho de infidelidad conyugal, sancionado, al menos, por la costumbre (el Código de Napoleón se lo concede expresamente, mientras no tenga la concubina en el domicilio conyugal), y este derecho se ejerce cada vez más ampliamente, a medida que progresa la evolución social. Si la mujer se acuerda de las antiguas prácticas sexuales y quiere renovarlas, es castigada más rigurosamente que en ninguna época anterior.


LA GENS IROQUESA.


La palabra latina gens, que Morgan emplea para este grupo de consanguíneos, procede, como la palabra griega del mismo significado, genos, de la raíz aria común gan (en alemán -donde, según la regla, la g aria debe ser reemplazada por la k- kan), que significa "engendrar". Las palabras gens en latín, genos en griego, dschanas en sánscrito, kuni en gótico (según la regla anterior), kyn en antiguo escandinavo y anglosajón, kin en inglés, y künns en medio-alto-alemán, significan de igual modo linaje, descendencia. Pero gens en latín o genos en griego se emplean esencialmente para designar ese grupo que se jacta de constituir una descendencia común (del padre común de la tribu, en el presente caso) y que está unido por ciertas instituciones sociales y religiosas, formando una comunidad particular, cuyo origen y cuya naturaleza han estado oscuros hasta ahora, a pesar de todo, para nuestros historiadores. Ya hemos visto anteriormente, en la familia punalúa, lo que es en su forma primitiva la gens. Compónese de todas las personas que, por el matrimonio punalúa y según las concepciones que en él dominan necesariamente, forman la descendencia reconocida de una antecesora determinada, fundadora de la gens. Siendo incierta la paternidad en esta forma de familia, sólo cuenta la filiación femenina.

Como los hermanos no se pueden casar con sus hermanas, sino con mujeres de otro origen, los hijos procreados con estas mujeres extrañas quedan fuera de la gens, en virtud del derecho materno. Así, pues, no quedan dentro del grupo sino los descendientes de las hijas de cada generación; los de los hijos pasan a las gens de sus respectivas madres.

  1. Elige el sachem (representante en tiempo de paz) y el caudillo (jefe militar). El sachem debe elegirse en la misma gens y sus funciones son hereditarias en ella, en el sentido de que deben ser ocupadas en seguida en caso de quedar vacantes. El jefe militar puede elegirse fuera de la gens, y a veces su puesto puede permanecer vacante. Nunca se elige sachem al hijo del anterior, por estar vigente entre los iroqueses el derecho materno y pertenecer, por tanto, el hijo a otra gens, pero con frecuencia se elige al hermano del sachem anterior o al hijo de su hermana. Todo el mundo, hombres y mujeres, toman parte en la elección.
  2. Depone a su discreción al sachem y al caudillo. También en este caso toman parte en la votación hombres y mujeres juntos. Los dignatarios depuestos pasan a ser enseguida simples guerreros como los demás, personas privadas. También el consejo de tribu puede deponer a los sachem, hasta contra la voluntad de la gens.
  1. Ningún miembro tiene derecho a casarse en el seno de la gens. Esta es la regla fundamental de la gens, el vínculo que la mantiene unida; es la expresión negativa del parentesco consanguíneo, muy positivo, en virtud del cual constituyen una gens los individuos comprendidos en ella.
  1. La propiedad de los difuntos pasaba a los demás miembros de la gens, pues no debía salir de ésta. Dada la poca monta de lo que un iroqués podía dejar a su muerte, la herencia se dividía entre los parientes gentiles más próximos, es decir, entre sus hermanos y hermanas carnales y el hermano de su madre, si el difunto era varón, y si era hembra, entre sus hijos y hermanas carnales, quedando excluidos sus hermanos. Por el mismo motivo, el marido y la mujer no podían ser herederos uno del otro, ni los hijos serlo del padre.
  1. Los miembros de la gens se debían entre sí ayuda y protección, y sobre todo auxilio mutuo para vengar las injurias hechas por extraños. Cada individuo confiaba su seguridad a la protección de la gens, y podía hacerlo; todo el que lo injuriaba, injuriaba a la gens entera. De ahí, de los lazos de sangre en la gens, nació la obligación de la venganza, que fue reconocida en absoluto por los iroqueses. Si un extraño a la gens mataba a uno de sus miembros, la gens entera de la víctima estaba obligada a vengarlo. Primero se trataba de arreglar el asunto; la gens del matador celebraba consejo y hacía proposiciones de arreglo pacífico a la de la víctima, ofreciendo casi siempre la expresión de su sentimiento por lo acaecido y regalos de importancia; si se aceptaban éstos, el asunto quedaba zanjado. En el caso contrario, la gens ofendida designaba a uno o a varios vengadores obligados a perseguir y matar al matador. Si así sucedía, la gens de este último no tenía ningún derecho a quejarse; quedaban saldadas las cuentas.
  1. La gens tiene nombres determinados, o una serie de nombres que sólo ella tiene derecho a llevar en toda la tribu, de suerte que el nombre de un individuo indica inmediatamente a qué gens pertenece. Un nombre gentil lleva vinculados, indisolublemente, derechos gentiles.
  1. La gens puede adoptar extraños en su seno, admitiéndoles, así, en la tribu. Los prisioneros de guerra a quienes no se condenaba a muerte, se hacían de este modo, al ser adoptados por una de las gens, miembros de la tribu de los senekas, y con ello entraban en posesión de todos los derechos de la gens y de la tribu. La adopción se hacía a propuesta individual de algún miembro de la gens, de algún hombre, que aceptaba al extranjero como hermano o como hermana, o de alguna mujer que lo aceptaba como hijo; la admisión solemne en la gens era necesaria en concepto de ratificación.
  1. Es difícil probar en las gens indias la existencia de solemnidades religiosas especiales; pero las ceremonias religiosas de los indios están, más o menos, relacionadas con las gens. En las seis fiestas anuales de los iroqueses, los sachem y los caudillos, en atención a sus cargos, contábanse entre los "guardianes de la fe" y ejercían funciones sacerdotales.
  1. La gens tiene un lugar común de inhumación. Este ha desaparecido ya entre los iroqueses del Estado de Nueva York, que hoy viven apretados en medio de los blancos, pero ha existido en otros tiempos. Todavía subsiste entre otros indios, por ejemplo entre los tuscaroras, próximos parientes de los iroqueses. Aun cuando son cristianos, los tuscaroras tienen en el cementerio una determinada fila de sepulturas para cada gens, de tal suerte que la madre está enterrada allí en la misma hilera que los hijos, pero no el padre. Y entre los iroqueses también la gens entera asiste al entierro de un muerto, se ocupa de la tumba, de los discursos fúnebres, etc...
  1. La gens tiene un consejo, la asamblea democrática de los miembros adultos, hombres y mujeres, todos ellos con el mismo derecho de voto. Este consejo elige y depone a los sachem y a los caudillos, así como a los demás "guardianes de la fe"; decide el precio de la sangre ("Wergeld") o la venganza por el homicidio de un miembro de la gens; adopta a los extranjeros en la gens. En resumen, es el poder soberano en la gens.


LA GENS GRIEGA.


En los tiempos prehistóricos, los griegos, como los pelasgos y otros pueblos congéneres, estaban ya constituidos con arreglo a la misma serie orgánica que los americanos: gens, fratria, tribu, confederación de tribus. Podía faltar la fratria, como en los dorios; no en todas partes se formaba la confederación de tribus; pero en todos los casos, la gens era la unidad orgánica. En la época en que aparecen en la historia, los griegos se hallan en los umbrales de la civilización; entre ellos y las tribus americanas de que hemos hablado antes median casi dos grandes períodos de desarrollo, que los griegos de la época heroica llevan de ventaja a los iroqueses. Por eso la gens de los griegos ya no es de ningún modo la gens arcaica de los iroqueses; el sello del matrimonio por grupos comienza a borrarse notablemente. El derecho materno ha cedido el puesto al derecho paterno; por eso mismo la riqueza privada, en proceso de surgimiento, ha abierto la primera brecha en la constitución gentilicia. Otra brecha es consecuencia natural de la primera: al introducirse el derecho paterno, la fortuna de una rica heredera pasa, cuando contrae matrimonio, a su marido, es decir, a otra gens, con lo que se destruye todo el fundamento del derecho gentil; por tanto, no sólo se tiene por lícito, sino que hasta es obligatorio en este caso, que la joven núbil se case dentro de su propia gens para que los bienes no salgan de ésta.


Según la historia de Grecia debida a Grote, la gens ateniense, es particular, estaba cohesionada por:

1. Las solemnidades religiosas comunes y el derecho de sacerdocio en honor a un dios determinado, el pretendido fundador de la gens, designado en ese concepto con un sobrenombre especial.

2. Los lugares comunes de inhumación.

3. El derecho hereditario recíproco.

4. La obligación recíproca de prestarse ayuda, socorro y apoyo contra la violencia.

5. El derecho y el deber recíprocos de casarse en ciertos casos dentro de la gens, sobre todo tratándose de huérfanas o herederas.

6. La posesión, en ciertos casos por lo menos, de una propiedad común, con un arconte y un tesorero propios.


La fratria agrupaba varias gens, pero menos estrechamente; sin embargo, también aquí hallamos derechos y deberes recíprocos de una especie análoga, sobre todo la comunidad de ciertos ritos religiosos y el derecho a perseguir al homicida en el caso de asesinato de un frater. El conjunto de las fratrias de una tribu tenía a su vez ceremonias sagradas periódicas, bajo la presidencia de un "filobasileus" (jefe de tribu) elegido entre los nobles (eupátridas).

Ahí se detiene Grote. Y Marx añade: "Pero detrás de la gens griega se reconoce al salvaje (por ejemplo al iroqués)". Y no hay manera de no reconocerlo, a poco que prosigamos nuestras investigaciones.


En efecto, la gens griega tiene también los siguientes rasgos:

1. La descendencia según el derecho paterno.

2. La prohibición del matrimonio dentro de la gens, excepción hecha del matrimonio con las herederas. Esta excepción, erigida en precepto, indica el rigor de la antigua regla. Esta, a su vez, resulta del principio generalmente adoptado de que la mujer, por su matrimonio, renunciaba a los ritos religiosos de su gens y pasaba a los de su marido, en la fratria del cual era inscrita. Según eso, y con arreglo a un conocido pasaje de Dicearca, el matrimonio fuera de la gens era la regla. Becker, en su "Charicles", afirma que nadie tenía derecho a casarse en el seno de su propia gens.

3. El derecho de adopción en la gens, ejercido mediante la adopción en la familia, pero con formalidades públicas y sólo en casos excepcionales.

4. El derecho de elegir y deponer a los jefes. Sabemos que cada gens tenía su arconte; pero no se dice en ninguna parte que este cargo fuese hereditario en determinadas familias. Hasta el fin de la barbarie, las probabilidades están en contra de la herencia de los cargos, que es de todo punto incompatible con un estado de las cosas donde ricos y pobres tenían en el seno de la gens derechos absolutamente iguales.


GENESIS DEL ESTADO ATENIENSE


En la época heroica, las cuatro tribus de los atenienses aún se hallaban establecidas en distintos territorios de Africa.


La constitución era la misma de la época heroica: asamblea del pueblo, consejo del pueblo y "basileus". Hasta donde alcanza la historia escrita, se ve que el suelo estaba ya repartido y era propiedad privada, lo que corresponde a la producción mercantil y al comercio de mercancías relativamente desarrollados que observamos ya hacia el final del estadio superior de la barbarie.

El comercio marítimo en el Mar Egeo iba pasando cada vez más de los fenicios a los griegos del Atica. A causa de la compraventa de la tierra y de la creciente división del trabajo entre la agricultura y los oficios manuales, el comercio y la navegación, muy pronto tuvieron que mezclarse los miembros de las gens, fratrias y tribus. En el distrito de la fratria y de la tribu se establecieron habitantes que, aun siendo del mismo pueblo, no formaban parte de estas corporaciones y, por consiguiente, eran extraños en su propio lugar de residencia, ya que cada fratria y cada tribu administraban ellas mismas sus asuntos en tiempos de paz, sin consultar al consejo del pueblo o al "basileus" en Atenas, y todo el que residía en el territorio de la fratria o de la tribu sin pertenecer a ellas no podía, naturalmente, tomar parte en esa administración.


LA GENS Y EL ESTADO EN ROMA.


Está reconocido que la gens romana era una institución idéntica a la gens griega; si la gens griega es una forma más desarrollada de aquella unidad social cuya forma primitiva observamos entre los pieles rojas americanos, cabe decir lo mismo de la gens romana.

Por lo menos en los primeros tiempos de la ciudad, la gens romanta tenía la constitución siguiente:


1. El derecho hereditario recíproco de los gentiles; los bienes quedaban siempre dentro de la gens. Como el derecho paterno imperaba ya en la gens romana, lo mismo que en la griega, estaban excluídos de la herencia los descendientes por línea femenina. Según la ley de las Doce Tablas -el monumento del Derecho romano más antiguo que conocemos-, los hijos heredaban en primer término, en calidad de herederos directos; de no haber hijos, heredaban los agnados (parientes por línea masculina); y faltando éstos, los gentiles. Los bienes no salían de la gens en ningún caso. Aquí vemos la gradual introducción de disposiciones legales nuevas en las costumbres de la gens, disposiciones engendradas por el acrecentamiento de la riqueza y por la monogamia; el derecho hereditario, primitivamente igual entre los miembros de una gens, limítase al principio (y en un período muy temprano, como hemos dicho más arriba) a los agnados y, por último, a los hijos y a sus descendientes por línea masculina. En las Doce Tablas, como es natural, este orden parece invertido.


2. La posesión de un lugar de sepultura común. La gens patricia Claudia, al emigrar de Regilo a Roma, recibió en la ciudad misma, además del área de tierra que le fue señalada, un lugar de sepultura común. Incluso en tiempos de Augusto, la cabeza de Varo, muerto en la selva de Teutoburgo, fue llevada a Roma y enterrada en el túmulo gentilicio; por tanto, su gens (la Quintilia) aún tenía una sepultura particular.


3. Las solemnidades religiosas comunes. Estas llevaban el nombre de "sacra gentilitia" y son bien conocidas.


4. La obligación de no casarse dentro de la gens. Aun cuando esto no parece haberse transformado nunca en Roma en una ley escrita, sin embargo, persistió la costumbre. Entre el inmenso número de parejas conyugales romanas cuyos nombres han llegado hasta nosotros, ni una sola tiene el mismo nombre gentilicio para el hombre y para la mujer. Esta regla es ve también demostrada por el derecho hereditario. La mujer pierde sus derechos agnaticios al casarse, sale fuera de su gens; ni ella ni sus hijos pueden heredar de su padre o de los hermanos de éste, puesto que de otro modo la gens paterna perdería esa parte de la herencia. Esta regla no tiene sentido sino en el supuesto de que la mujer no pueda casarse con ningún gentil suyo.


5. La posesión de la tierra en común. Esta existió siempre en los tiempos primitivos, desde que se comenzó a repartir el territorio de la tribu. En las tribus latinas encontramos el suelo poseído parte por la tribu, parte por la gens, parte por casas que en aquella época difícilmente podían ser aún familias individuales. Se atribuye a Rómulo el primer reparto de tierra entre los individuos, a razón de dos "jugera" (como una hectárea). Sin embargo, más tarde encontramos aún tierra en manos de las gens, sin hablar de las tierras del Estado, en torno a las cuales gira toda la historia interior de la república.


6. La obligación de los miembros de la gens de prestarse mutuamente socorro y asistencia. La historia escrita sólo nos ofrece vestigio de esto; el Estado romano apareció en la escena desde el principio como una fuerza tan preponderante, que se atribuyó el derecho de protección contra las injurias. Cuando fue apresado Apio Claudio, llevó luto toda su gens, hasta sus enemigos personales. En tiempos de la segunda guerra púnica, las gens se asociaron para rescatar a sus miembros hechos prisioneros; el Senado se lo prohibió.


7. El derecho de llevar el nombre de la gens. Se mantuvo hasta los tiempos de los emperadores. Permitíase a los libertos tomar el nombre de la gens de su antiguo señor, sin otorgarles, sin embargo, los derechos de miembros de la misma.


8. El derecho a adoptar a extraños en la gens. Practicábase por la adopción en una familia (como entre los indios), lo cual traía consigo la admisión en la gens.


9. El derecho de elegir y deponer al jefe no se menciona en ninguna parte. Pero como en los primeros tiempos de Roma todos los puestos, comenzando por el rey, sólo se obtenían por elección o por aclamación, y como los mismos sacerdotes de las curias eran elegidos por éstas, podemos admitir que el mismo orden regía en cuanto a los jefes ("príncipes") de las gens, aun cuando pudiera ser regla elegirlos de una misma familia.


LA GENS ENTRE LOS CELTAS Y ENTRE LOS GERMANOS.


Los motivos por los cuales podía la mujer reclamar el divorcio sin perder ninguno de sus derechos en el momento de la separación, eran muchos y muy diversos: bastaba que al marido le oliese mal el aliento. El rescate por el derecho de la primera noche ("gobr merch" y de ahí el nombre "marcheta", en francés "marchette", en la Edad Media), pagadero al jefe de la tribu o rey, representa un gran papel en el Código. Las mujeres tenían voto en las asambleas del pueblo. Añadamos que en Irlanda existían análogas condiciones; que también estaban muy en uso los matrimonios temporales, y que en caso de separación se concedían a la mujer grandes privilegios, determinados con exactitud, incluso una remuneración en pago de sus servicios domésticos; que allí se encuentra una "primera mujer" junto a otras mujeres; que en las particiones de herencia no se hace distinción entre los hijos legítimos y los hijos naturales, y tendremos así una imagen del matrimonio por parejas en comparación con el cual parece severa la forma de matrimonio por usada en América del Norte, pero que no debe asombrar en el siglo XI en un pueblo que aún tenía el matrimonio por grupos en tiempos de César.


LA FORMACION DEL ESTADO DE LOS GERMANOS.


Los germanos eran un pueblo muy numeroso. Por César nos formamos una idea aproximada de la fuerza de los diferentes pueblos germanos. Según él, los usipéteros y los teúcteros, que aparecieron en la orilla izquierda del Rin, eran 180.000, incluídos mujeres y niños. Por consiguiente, correspondían cerca de 100.000 seres a cada pueblo, cifra mucho más alta, por ejemplo, que la de la totalidad de los iroqueses en los tiempos más florecientes, cuando en número menor de 20.000 fueron el terror del país entero comprendido desde los Grandes Lagos hasta el Ohío y el Potomac.


Después de fijar su residencia definitiva en Germania, la población debió de crecer con rapidez cada vez mayor; prueba de ello son los progresos industriales de que antes hablamos. Los descubrimientos hechos en los pantanos de Schleswig son del siglo III, a juzgar por las monedas romanas que forman parte de los mismos. Así, pues, por aquella época había ya en las orillas del Mar Báltico una industria metalúrgica y una industria textil desarrolladas, se desplegaba un comercio activo con el imperio romano y entre los ricos existía cierto lujo, indicio todo ello de una población más densa. Pero también por aquella época comienza la ofensiva general de los germanos en toda la línea del Rin, de la frontera fortificada romana y del Danubio, desde el Mar del Norte hasta el Mar Negro, prueba directa del aumento constante de la población, la cual tendía a la expansión territorial.


La agricultura, la más importante rama de la producción en todo el mundo antiguo, lo era ahora más que nunca. Los inmensos dominios ("latifundia") que desde el fin de la república ocupaban casi todo el territorio en Italia, habían sido explotados de dos maneras: o en pastos, allí donde la población había sido remplazada por ganado lanar o vacuno, cuyo cuidado no exigía sino un pequeño número de esclavos, o en villas, donde masas de esclavos se dedicaban a la horticultura en gran escala, en parte para satisfacer el afán de lujo de los propietarios, en parte para proveer de víveres a los mercados de las ciudades. Los grandes pastos habían sido conservados y hasta extendidos; las villas y su horticultura habíanse arruinado por efecto del empobrecimiento de sus propietarios y de la decadencia de las ciudades. La explotación de los "latifundia", basada en el trabajo de los esclavos, ya no producía beneficios, pero en aquella época era la única forma posible de la agricultura en gran escala. El cultivo en pequeñas haciendas había llegado a ser de nuevo la única forma remuneradora.


III. BARBARIE Y CIVILIZACIÓN


Una tribu se divide en varias gens; por lo común en dos; al aumentar la población, cada una de estas gens primitivas se segmenta en varias gens hijas, para las cuales la gens madre aparece como fratria; la tribu misma se subdivide en varias tribus, donde encontramos, en la mayoría de los casos, las antiguas gens; una confederación, por lo menos en ciertas ocasiones, enlaza a las tribus emparentadas.


También se encuentra ya en él la profunda comprensión de que en todas las sociedadesdefectuosas y llenas de antagonismos, las familias individuales ("les familles incohérentes) son unidades económicas. su mismo grupo.


El cultivo de los huertos, probablemente desconocido para los bárbaros asiáticos del estadio inferior, apareció entre ellos mucho más tarde, en el estadio medio, como precursor de la agricultura. El clima de las mesetas turánicas no permite la vida pastoril sin provisiones de forraje para una larga y rigurosa invernada. Así, pues, era una condición allí necesaria el cultivo pratense y de cereales. Lo mismo puede decirse de las estepas situadas al norte del Mar Negro. Pero si al principio se recolectó el grano para el ganado, no tardó en llegar a ser también un alimento para el hombre. La tierra cultivada continuó siendo propiedad de la tribu y se entregaba en usufructo primero a la gens, después a las comunidades de familias y, por último, a los individuos.


A consecuencia del desarrollo de todos los ramos de la producción - ganadería, agricultura, oficios manuales domésticos-, la fuerza de trabajo del hombre iba haciéndose capaz de crear más productos que los necesarios para sus sostenimento. También aumentó la suma de trabajo que correspondía diariamente a cada miembro de la gens, de la comunidad doméstica o de la familia aislada. Era ya conveniente conseguir más fuerza de trabajo, y la guerra la suministró: los prisioneros fueron transformados en esclavos. Dadas todas las condiciones históricas de aquel entonces, la primera gran división social del trabajo, al aumentar la productividad del trabajo, y por consiguiente la riqueza, y al extender el campo de la actividad productora, tenía que traer consigo necesariamente la esclavitud.


http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages/Rousseau/RousseauContratoIndice.htm (Texto completo de esta obra de Rousseau (capítulos)

Sociología Por Joseph H. Fichter Décimo cuarta edición revisada (1993)



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